Las expectativas fueron emitidas por el asesor en esta actividad económica, Marco Polo Micheletti, al referir que la producción anterior ascendió a 50 millones de libras con un aporte que superó los USD200 millones en exportaciones.

En el análisis de Micheletti, los camaroneros han mejorado su productividad y capacidad previniendo enfermedades en sus cultivos y manteniendo la salinidad correcta en las lagunas, pues el camarón tiende a estresarse por exceso o poca sal en el agua. “Si se estresa, se debilita ante cualquier enfermedad”.

Sin embargo, una limitación en esta actividad económica se concentra en el aumento de hectáreas precisamente por el tema de calidad de agua. “Los esteros nuestros vienen desde adentro hacia el golfo, pasan por dos o tres camaroneras y la contaminación de una, desmejora la calidad de agua, y así sucesivamente hasta que llegan al golfo”.

Las exportaciones de camarones hasta el primer semestre del 2017, alcanzaron los USD90,7 millones, 13,5 millones más en relación a lo observado a junio del año precedente, según el Banco Central de Honduras (BCH). La producción se colocó esencialmente en México, EE UU y Reino Unido, según el mismo informe.

Ese aumento se relaciona en particular por un mayor volumen (+16%), producto de la implementación de programas destinados a la disminución de la mortalidad de larvas mediante la utilización de canaletas para mejorar la oxigenación del agua.

En el caso de Honduras, predomina el sistema de producción de camarón cultivado y la especie más común es Penaeus vannamei; su producción se realiza en la región sur del país, en departamentos de Valle y Choluteca.

La comercialización se realiza principalmente en colas (sin cabeza) y, por lo general, congelado, aunque también se encuentra en otras presentaciones con mayor valor agregado y facilidad de consumo.

Implicaciones para Costa Rica

Las exportaciones costarricenses de camarón superaron a agosto del 2016 los USD6,4 millones y se destinaron principalmente a Bélgica (3,7), Alemania (1,7) y EE UU (0,6).

El cultivo de camarones es una práctica cada vez más consolidada a nivel internacional y a nivel centroamericano también ha sido implementada para suplir principalmente los mercados de Norteamérica, por lo que las empresas costarricenses cada vez encuentran una mayor competencia, tanto de los principales proveedores a nivel mundial como son los asiáticos, así como de países vecinos, que como señala la nota, se encuentran enfocados a aumentar su producción.

Estos esfuerzos no deben pasar desapercibidos por los exportadores del sector, los cuales deben monitorear el incremento de la oferta de sus competidores para poder hacerle frente mediante la diferenciación, especialmente en un sector cuyos consumidores cada vez demandan un producto con certificaciones de producción sostenibles y orgánicas.