Venezuela
Baja en un 90% el transporte de carga en la frontera Colombo-Venezolana
Cada vez se reduce el llamado cruce de fronteras, lo que torna crítica la situación de los transportistas de carga.
La reducción del flujo de carga importada, como consecuencia del congelamiento de las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela, agudiza cada día que pasa la situación laboral de los transportistas de la frontera.
Una parte de los transportadores venezolanos se dedicaba a realizar el denominado “cruce de fronteras”, lo que significa pasar la mercancía desde Cúcuta hasta San Antonio y Ureña, para que después de estar nacionalizadas, la carga fuera movilizada hacia el interior del país por otros compañeros de trabajo.
Sin embargo, tras el congelamiento de las relaciones comerciales, el intercambio ha decaído y muchos camioneros tienen semanas y hasta más de un mes sin hacer siquiera un “cruce de fronteras”, mucho menos viajar hacia el centro u oriente de Venezuela.
Los camioneros están preocupados porque no saben qué harán, si la situación laboral continúa como está. Las empresas de transporte de San Antonio y Ureña poco son frecuentadas ahora por los conductores, porque la respuesta del patrón siempre es la misma: no hay carga.
El presidente de la Cámara de Transporte de la Frontera, Helio Pulido, dijo que, de acuerdo con los cálculos que ellos manejan, el flujo de carga se ha reducido un 90%, de allí que el sector de los camioneros esté sin trabajo.
“La situación cada día es más crítica y más preocupante, por el cambio en la política con la cual se venía manejando el intercambio comercial con Colombia, cuyas negociaciones el año pasado superaron los USD7.000 millones de dólares”, recordó.
La esperanza es que en medio de esta crisis haya conciliación y comprensión entre los gobiernos. La actividad del intercambio comercial, que representaba fuentes de trabajo, ingresos y la posibilidad de cubrir las más elementales necesidades de cualquier ser humano, se está viendo cada vez más diezmada, afirmó.
Refirió que el poco flujo de carga que se mantiene corresponde a compromisos entre proveedores e importadores, contraídos con anterioridad al congelamiento de las relaciones binacionales, porque a partir de entonces las operaciones de importación se paralizaron.
Con el descenso del intercambio binacional se redujeron nuestras posibilidades de trabajo y comenzó a crecer el desempleo, no sólo en el transporte, sino también en otros sectores vinculados, como las agencias de aduana, almacenadoras, algunas de las cuales están reduciendo el personal que labora en las mismas.
Indirectamente, también se ven perjudicados los prestadores de servicios de restaurantes, hoteles, talleres mecánicos, el comercio, la economía informal, agregó.
En el eje San Antonio - Ureña se calcula que hay más de 200 pequeñas empresas, entre transporte de carga, agencias de aduana y almacenadoras. Pulido sostuvo que esa crítica situación, que afecta fundamentalmente a la masa laboral de la frontera, debería ser analizada por el Gobierno venezolano bajo una óptica de imparcialidad y de justicia.