La tendencia de los acuerdos comerciales con China
En un mundo globalizado y cada vez más competitivo como en el que vivimos actualmente es necesario en muchas ocasiones recurrir a diversos métodos para lograr una mayor integración, competitividad y alianzas estratégicas.
Es por medio de los acuerdos comerciales que la gran mayoría de los países a nivel mundial hoy en día han logrado disminuir las barreras comerciales entre sí, permitiendo tener una mayor integración y aumentar sus niveles de competitividad.
China es uno de los mercados más atractivos no solo a nivel regional sino a nivel internacional, posee un alto número de habitantes, lo que nos indica un mayor número de demanda potencial. El mercado internacional es un lugar donde convergen diversos intereses y es aquí donde la Organización Mundial del Comercio (OMC) en ocasiones actúa como un ente regulador en materia comercial a nivel mundial. Como se puede observar en la siguiente gráfica, la OMC registra actualmente un total de aproximadamente 400 acuerdos comerciales registrados a nivel mundial, cifra que nos indica la magnitud de la importancia y el rol que hoy en día juegan los acuerdos comerciales a nivel global.
Pero de esos acuerdos, ¿cuántos registra China frente a la OMC? Según datos presentados por la OMC en su página oficial, China actualmente posee los siguientes acuerdos comerciales en vigor con: ASEAN, Asia Pacific Trade Agreement (APTA), Asia Pacific Trade Agreement (APTA) Accession of China, Chile, Costa Rica, Hong Kong, Macao, New Zealand, Singapur, Pakistán, Perú y Suiza; y a su vez los acuerdos comerciales sobre los cuales se ha hecho un reciente anuncio con Australia, Noruega y ECFA.
Hoy en día, se estima que en un futuro el mercado internacional se manejará en su mayoría a través del pacífico, desde este punto de vista se puede observar que los intereses de China en la realización de acuerdos comerciales van más allá de promover el desarrollo económico y la cooperación, China es el claro ejemplo de una economía pragmática que busca en los acuerdos comerciales objetivos que van más allá de los establecidos en un principio en dichos acuerdos. China como miembro de la OMC desde el 2001 se puede incluir en la afirmación dada por dicha organización la cual menciona lo siguiente: “Un fenómeno reciente es la celebración de negociaciones entre varios miembros de la OMC. Es el caso de las negociaciones que se están llevando a cabo en la región de Asia y el Pacífico para concluir un Acuerdo de Asociación Transpacífico, en las que actualmente participan 12 partes”; cabe destacar que entre los países objetivos del Pacífico se encuentra Colombia, que hace parte de la Alianza Pacífico (AP) el cual se estima como uno de los bloques de integración regional más importantes a nivel mundial en el futuro, claro está, siempre y cuando se busquen lograr intereses comunes y no particulares.
Hay que tener en cuenta que la clave del éxito del país asiático no se basa solo en la búsqueda de acuerdos comerciales bilaterales o multilaterales en las últimas décadas, se trata también de una estructurada y meticulosa apertura comercial con capacidad de afrontar los retos que implica abrirse en un mundo globalizado; tal cual lo afirma el ganador del premio nobel de economía Joseph Stiglitz en su libro El malestar de la globalización: “La transición del comunismo a la economía de mercado ha sido gestionada tan mal que –con la excepción de China, Vietnam y unos pocos países del este de Europa- la pobreza ha crecido y los ingresos se han hundido” (Pág. 269), esta afirmación por parte del nobel de economía nos lleva a pensar que lo que para muchos países capitalistas ha sido un gran reto con muchos aspectos por corregir; para un país como China ha resultado mucho más asequible esta inmersión a la globalización.
¿Y qué pasa con Latinoamérica? Latinoamérica es otro de los focos centrales en las políticas de expansión del gigante asiático, y un claro ejemplo de esto se puede ver en el anuncio de nuevos acuerdos comerciales y de inversión en la región, en la jugosa inyección de capital que realizó en algunos países de Sudamérica el presidente Chino Xi Jinping en su gira por Latinoamérica, y que a su vez firmó más de 50 convenios con Venezuela y Argentina; muchas teorías y especulaciones surgen alrededor de las acciones llevadas a cabo por parte del presidente de La República Popular China; que fueron más trascendentales los acuerdos políticos que los económicos, la búsqueda de países que suministren materias primas al país asiático a cambio del capital financiero; palabras más palabras menos una aparente satisfacción de intereses comunes.
Finalmente podemos notar que China es un ejemplo claro de una economía organizada, estructurada y pragmática que busca satisfacer necesidades a corto, mediano y largo plazo. Es un país que lleva a cabo de manera sensata aquella frase que se le atribuye a Keynes: “las acciones de un país afectan a otros, creando una situación de potencial contagio de unas economías a otras”; el idioma oficial de una sólida y fructífera relación comercial entre diferentes naciones del mundo es la diplomacia, idioma que entiende de manera perfecta el país asiático, que cada día se llena de muchos y muy importantes amigos comerciales que para algunos países por el momento no representan intereses potenciales pero que en un mundo globalizado como en el que se vive ahora donde lo estático no existe y no sirve, el constante movimiento y los focos de intereses económicos mundiales son cambiantes; un ejemplo claro de ello es Asia Pacífico donde China empezó a mostrar presencia y sin dejar de lado que Sudamérica ya ha empezado a cosechar pequeños amigos que muy posiblemente, no hoy ni mañana, pero sí en un horizonte de tiempo no muy distante, podrán llegar a ser grandes focos de interés a nivel mundial.