Mercantilismo

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El mercantilismo es el comercio de bienes enfocado a generar riqueza, es decir que, la nación pueda acumular metales preciosos como oro. Los principales exponentes fueron Edward Misselden, Thomas Mun y Antonio Serra.


El mercantilismo es el comercio de bienes enfocado a generar riqueza, es decir, que la nación pueda acumular metales preciosos como oro. Los principales exponentes fueron Edward Misselden, Thomas Mun y Antonio Serra.


Esta corriente económica o teoría del comercio exterior surge en el Siglo XVI (años de 1.501 a 1.600), después del feudalismo (Siglo IX – XV), ya que en cada feudo comenzaron a quedar excedente de la producción que se hacía para el consumo y sostenimiento del mismo y surgieron los mercaderes que eran los encargados de intercambiar y negociar estos bienes. Con el paso del tiempo llegaron a tener mayor poder que el señor feudal y a entenderse directamente con el monarca, por lo que la figura del feudo se fue terminando, la producción, introducción de nuevas tecnologías y el comercio era lo más importante y permitió la consolidación de los Estados – Nación.​​​​​​​


Este conjunto de ideas económicas se desarrolló durante los Siglos XVI, XVII y principios del XVIII y que se caracterizó por una fuerte intervencionismo del Estado y un alto proteccionismo, como política comercial aplicable en este época. Se generaron varias revoluciones que dieron paso a un nuevo pensamiento y al desarrollo de una nueva corriente. Algunos de los cambios fueron:



Cambios que dieron origen al mercantilismo
Aumento de la producción
Introducción de nuevas tecnologías
Comercialización de excedentes
Descubrimiento de las Américas incremento el intercambio comercial
Elaboración de la política económica por la burguesía
Desarrollo de la industria naval, para el transporte marítimo de mercancías

Fuente: Elaborado por Legiscomex con información del libro "El ajedrez del libre comercio" Carlos Ronderos.


 

Política comercial del mercantilismo
Proteccionista
Estado Intervencionista
Altos aranceles a bienes manufacturados y con valor agregado
Bajos aranceles para insumos y materias primas
Garantizar una balanza comercial superavitaria
Desarrollo de la industria manufacturera interna

Fuente: Elaborado por Legiscomex con información del libro "El ajedrez del libre comercio" Carlos Ronderos.

Esta nueva expresión comercial consideraba que el bienestar de una nación dependía del capital que pudiera acumular, es decir, de la cantidad de metales (oro y plata) que el Estado pudiera atesorar, por lo que defendían una balanza comercial positiva con otros países. Por lo anterior, esta corriente creía que el Gobierno debía aplicar una política proteccionista con la que brindara amparo a las ramas industriales de la economía que producían productos dirigidos a mercados externos y usara aranceles aduaneros como mecanismo de protección.

Los instrumentos aplicados en esta política son aranceles, subsidios, impuestos, desarrollo industrial, entre otros. El país aplicaba estos instrumentos de acuerdo a lo que quería incentivar o no, es decir para el desarrollo industrial y manufacturero, los aranceles eran bojas o de cero para permitir el ingreso de maquinaria, insumos y materias primas sin pagar este derecho, adicionalmente se subsidiaba la producción de los bienes de interés del Estado y se apoyaba a la industria para su crecimiento al no cobrar impuestos y al tecnificar la producción.


Cada uno de los países europeos aplicó políticas comerciales para acumular riqueza:




Conceptos del pensamiento mercantilista


Según el economista Carlos Ronderos, en su libro El ajedrez del libre comercio, se pueden desprender tres conceptos del pensamiento mercantilista:

1. Acumulación de riqueza:


Esta corriente daba tanta importancia al comercio internacional que para algunos representantes mercantilistas, la única forma de adquirir riquezas era mediante el intercambio con otras naciones y que el bienestar de una nación dependía de la riqueza acumulada.

2. El Estado - Nación:


Una de las prioridades de la época era fortalecer el Gobierno Nacional, situación que dependía de una economía fuerte que no estaba ligada al comercio exterior. Así, la regla general de la época era un fuerte intervencionismo del Estado, ya que este era el único ente que podía administrar los recursos de la nación en pro del gran objetivo de la época: acumulación de riqueza.

3. Dinero - Riqueza:


Durante el capitalismo comercial nació el dinero metálico (oro y plata) como medio de cambio y llegó a ser símbolo de riqueza, por lo que su acumulación era vista como bienestar para las naciones. Así, esta corriente creía que una balanza comercial positiva (exportaciones mayores a las importaciones) generaría un aumento en la riqueza nacional y por ende, un mayor crecimiento económico, lo que se reflejaría en un aumento del empleo y un Estado con mayor poder.


En este punto vale la pena resaltar que, aunque los mercantilistas defendían la protección a las importaciones, esta corriente diferenciaba aquellas compras que debían restringirse y aquellas que no. Así, el estado debía desincentivar las importaciones de los bienes de lujo y de bienes manufacturados, pues no servían para causar riqueza, y por otro lado, debía permitirse la compra e ingreso de materias primas que pudiesen ser usadas como insumos por productores nacionales.


Igualmente, esta corriente pensaba que el Estado debía intervenir y restringir las exportaciones de bienes considerados indispensables para la producción nacional, ya que vender este tipo de productos era ayudar a otros países a enriquecerse.


Por otro lado, así como los mercantilistas tenían clara la protección que el Estado debía ejercer, sabían que la tasa de cambio era un tema bastante complejo, pues así como había movimiento de mercancías, existía un movimiento de medios de pago (títulos o bonos expedidos con base en el oro que tenía). Así, los déficits o superávits en la balanza comercial ocasionaban desbalances en el sistema monetario internacional, por lo que los mercantilistas intentaban que el dinero no saliera de la nación, pues no solo era disminuir su riqueza, sino que los obligaba a conocer la tasa de cambio del país con el que negociaban.


Por lo anterior, para algunos mercantilistas, entre los que se destacan Edward Misselden, Antonio Serra y Thomas Mun, las variaciones en la tasa de cambio eran inevitables pues los superávits en la balanza comercial incrementaban el circulante en la economía, lo que se reflejaba en el nivel general de precios. Así, un incremento en los importes se reflejaba en cambios en el poder adquisitivo de la moneda y en la relación con la moneda del país con el cual se negociaba.


Edward Misselden



Antonio Serra



Thomas Mun






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