Ventaja absoluta

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Esta corriente de pensamiento económico hace parte de la teoría Clásica, tuvo sus inicios en un pensamiento político nacido en la segunda mitad del siglo XVIII en Francia que sostenía que la intervención del Estado debía ser limitada y que el bien común debía ser determinado por la sumatoria de los intereses de cada uno de los ciudadanos, pues cada persona en la búsqueda de un interés propio termina aportando al bien general.

La Ventaja Absoluta hace referencia a que un país siempre tiene ventaja absoluta sobre otro por sus condiciones naturales o por cómo se ha desarrollo de su economía.

En 1776, el economista y filósofo escocés Adam Smith (1723-1790), publicó la riqueza de las naciones, obra que lo llevó a ser considerado el padre de la economía política y que marcó una línea diferencial entre el antes y el después en relación a la importancia que tiene el mercado en la asignación de los recursos, pues “a partir de este momento se comienza a aceptar que la oferta y la demanda son las fuerzas que asignan de mejor manera los recursos que debe utilizar la economía para lograr mayor riqueza, y no el Estado que por su naturaleza responde a intereses y carece de esta habilidad”* .



 

Según el planteamiento de este economista, el Estado no debe intervenir en la asignación de recursos y su papel tiene que ser secundario, es decir, solamente debe administrar las leyes y dotar a los países de una infraestructura que responda a los requerimientos del comercio, de todo lo demás se encarga el mercado, es decir, la mano invisible.


​​​​​​​En su obra, La riqueza de las naciones, Smith analiza el impacto de la protección a las importaciones y la promoción de las exportaciones toda la economía y concluye que, si bien la protección beneficia a una industria determinada, exige la orientación de recursos a esa producción, lo que se deriva en una menor protección, ya que los recursos utilizados en esta se pueden repartir de manera diferente y así producir una mayor cantidad de bienes.

Así, según Douglas Irwin, citado por Carlos Ronderos en el libro El ajedrez del libre comercio (2006), “si una nación extranjera puede ofrecernos (un bien) más barato de lo que nosotros podríamos fabricarlo, es mejor comprárselo a ellos con parte de lo que produce nuestra industria empleada de una manera en que tengamos alguna ventaja. (…) Ciertamente no está empleada con la mayor ventaja cuando se dirige hacia un artículo que podemos comprar más barato de lo que lo podemos producir (…) El bien pudo haberse comprado con sólo parte de los bienes, o lo que es lo mismo, con parte del precio de los bienes de una industria que usase el mismo capital si se hubiese seguido el curso natural”.


Adam Smith explicaba que el bienestar y crecimiento económico de una nación podría ser mayor con la división del trabajo, ya que esto especializaría a un país en la producción de bienes con los que tuviera algún tipo de ventaja natural.

Así nació el concepto de ventaja absoluta como la capacidad que tiene cada país para producir de una mejor manera (menos recursos) ciertos bienes en vez de otros y que los productos con los cuales no tiene una ventaja natural deben importarse de otro país que sí posea condiciones naturales especiales para producirlos a un mejor precio.


*RONDEROS, Carlos. El ajedrez del libre comercio. Colombia, Bogotá. Editorial Planeta, 2006, p. 37


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